El paisaje era el siglo IX, el personaje fue el Emir Cordobés Muhammad I, y la misión, defender Toledo de posibles ataques cristianos, ingredientes más que suficientes, para sustentar los pilares de la historia de una ciudad.
Sin embargo, una cosa es Madrid, como ciudad, como hecho urbano e histórico, con límites cronológicos, según qué época, contundentes, y otra cosa es el "sitio", la zona, el paraje de Madrid.
Viene a cuento toda esta disgresión, para demostrar que, un paraje intrínsecamente madrileño no ha sido urbanamente Madrid hasta tiempos muy recientes, o si lo queremos decir de otro modo, cómo el núcleo originario de Madrid no fue nunca Madrid, sino el curso y las márgenes del río Manzanares.
Y sin embargo, ¿alguien duda de su madrileñidad?
La ocupación urbana de los barrios que hoy flanquean ambas márgenes es recientísima, pero la arqueología nos ha demostrado cómo allí se inicia lo que siglos y siglos más tarde sería Madrid, y cómo, en esas orillas, duerme el corazón remoto y primigenio, la raíz de las memorias de siempre, de esa ciudad, de ese paisaje, que, antes de llamarse Madrid ya era Madrid.
Muchas ciudades tomaron su nombre de un río, un lago, una montaña, o de cualquier otro accidente físico o natural, y en Madrid esto se plasma de forma bien elocuente.
El nombre de Madrid, que quiere decir "abundante, rica en aguas", vino determinado por una realidad externa al hombre, al habitante del lugar, el que sería llamado "madrileño".
No trajeron los hombres, después de fundar Madrid, la rica y abundante agua, aunque éstos luego la utilizaran, canalizaran y manipularan. El agua de Madrid existía antes de ser la ciudad una realidad urbana.
2 comentarios:
en la encuesta del principio has puesto "suprira" ¿que quieres decir con ello? por que me ha rallao y por lo demas has puesto muchas fotos y se hace muyyyyyyyyyyyyyyyyy laaaaaaaaaaargoooooooooooooooooo jajajajaa (quita alguna)
SUPRIMIRÁ
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