El fenómeno Hidden Cash, creado por un multimillonario americano, llegó el jueves pasado a Madrid.
Reconozco que cuando lo vi en las noticias (porque sí, fue recogido por todo medio de comunicación español) me dieron ganas de decir "vámonos al retiro a ver si pillamos algo".
Sin embargo, lo pensé fríamente "¿por qué tengo que humillarme de esa manera?". De ahí la reflexión que voy a compartir con todo aquel que la quiera leer:
Parémonos a pensar por un momento, punto por punto, sobre la situación... un señor ricachón, regalando dinero, un poco extraño. Algunas personas se lo toman como una buena obra... pero seamos realistas, en este mundo muy pocas personas con ese estatus las realizan; otras personas lo consideran un juego... pero, ¿para quién?. Te dicen mediante las redes sociales una serie de pistas para encontrar los sobres con el dinero, todo el mundo se vuelve loco y se pone a buscarlo, y la única condición es hacerse un selfie para agradecerle al tipo... esto visto desde mi punto de vista subjetivo es "te digo donde lo tienes que buscar, mientras me parto mientras te graban las cámaras de televisión, pareciendo desesperado, y para colmo te pido una foto para que todo el mundo sepa de ti".
Sé que hay gente que cree en las personas de buen corazón, pero si lo es, ¿por qué no dárselo a una ONG? o si quiere ir por países, ¿por qué no dárselo a la Cruz Roja?, por ejemplo. Hay muchas personas en España que lo están pasado pero que muy mal y este tío sólo pone a disposición su dinero y su "jueguecito" de las personas que pueden comprarse un smartphone o cualquier tipo de aparato electrónico.
No sé, a lo mejor estoy loco por hacer esta reflexión, ¿o no?. Cada cual que lo vea a su modo.